[Historia/Sondeo] El Silente

Ibiku escribió:

...y si no hay se las robas a alguien...
con las armas!!!
=P

Mucho fallout (?)
Ontopic: Las armas siempre tienen la respuesta (?)

Entonces ya tenemos los 5 votos.

Mañana sigo ^^

Entonces se quedan las armas (yo iba a votar x lo mismo xD)

La discusión entre el joven y Leon se te está escapando de las manos. Intervienes:

Tú:- ¡Basta, ustedes dos! Necesitamos soluciones, no más problemas.
Extraño:- Pues, ¿qué sugieres que hagamos?
Tú:- No podemos correr indefensos por la ciudad con mochilas hasta el tope de suministros. Necesitamos un plan.
Leon:- Bueno, ya tenemos las opciones: "correr por nuestras vidas", o "pelear por nuestras vidas".
Extraño:- Es resumir demasiado, pero no tenemos de otra.
Tú:- De acuerdo, vamos por armas.
Leon:- Muy bien, andando.

Leon y Kath se apresuraron a tomar las píldoras, mientras que tú, como ellos, vaciaron sus mochilas, y dejaron lo que tenían encima de sus bancos. Los tres sabían que cualquier cosa que tuvieran, fuera de la escuela no les serviría. Sus mochilas serán más útiles más cargadas de armas que de libros. De vez en cuando, volteas la mirada hacia el joven, cuyo nombre aún desconoces. Sus ojos estan fijos en la nada, como si estuviera en un trance pensativo. No tienes ni la menor ocurrencia de lo que sea que le esté pasando por la cabeza, pero descubres qué es, justo cuando abres la puerta del aula:

Extraño:- Se me ocurre otra cosa, ¿Qué tal si alguno de ustedes me acompaña?
Leon:- ¿Como que si uno de nosotros "te acompaña"? -Exclamó Leon, deteniéndose- ¿Te vas a alguna parte?
Extraño:- Prefiero que me maten esos locos de remate en lugar de morir de fiebre o de hambre. Iré a juntar proviciones, pero no podré llevar demasiadas por mi cuenta. Necesito que alguien me acompañe.
Tú:- Hablas de dividirnos...
Extraño:- Así es.
Leon:- Ohhh, déjame pensar por qué no lo evaluamos antes. ¡Oh, ya sé! ¡Porque es una horrible idea! Juntos, tenemos más probabilidades de afrontar cualquier peligro.
Kath:- Leon, él tiene razón.
Leon:- Si lo dices en serio, es que estás más loca que él. ¿Cómo "ÉSO" te parece una buena idea?
Kath:- Piénsalo. Las calles están tranquilas, por ahora. Haremos mejor tiempo si nos dividimos y nos preparamos.
Tú:- Es cierto. Dos mochilas juntan más que solo una.
Leon:- Y la última vez que me fijé, dos mochilas juntan menos que tres.
Tú:- Hablamos de supervivencia, Leon. Debemos pensar a largo plazo. Si sólo juntamos cosas que nos sirvan inmediatamente, no nos matarán estos tipos, sino el hambre y la sed.
Leon:- (Suspiro), no lo apoyo, pero tienen razón.
Tú:- Bien. Iré contigo a buscar armas. Kath, ¿estarás bien con él?
Kath:- Sí, no te preocupes.
Tú:- Bien. Vamos.

Todo lo que el joven había dicho era puramente cierto. No había nada que no pareciera sacado de una película de terror. Todo el mundo se había vuelto loco en la escuela. Maestros, bebés, niños, jóvenes... todos hablaban entre sí incomprensiblemente, y su piel se mostraba muy pálida. Los ojos de ésta gente estaban tan entrecerrados, que el globo ocular parecía completamente vacío. Sus galimatías se interrumpían, sólo para seguirlos a ustedes cuatro con esa mirada tan extraña. Intentas no cruzarte con nadie. No sabes lo que te pasará si lo haces. Así que tienes cuidado, y te mueves ágilmente entre las multitudes. Sin embargo, te detienes. Un horrible escalofrío te recorre la espalda. Una de esas "cosas", ya casi completamente carecientes de su aspecto humano, te tomó por el hombro. No te empujó, ni tironeó de tí. Sólo posó su mano sobre tu hombro. No sabes que está por hacerte, pero no volteas. Sientes que tiemblas. No respiras. Esa cosa, lo que sea, gime incomprensiblemente, en ese idioma extraño. Sientes que su cuerpo se choca lentamente con el tuyo. Te raspa su aliento en tu nuca. ¿Qué te está por pasar? ¿Qué te está por hacer? ¿En qué estabas pensando, cuando todo esto ocurría? No lo sabes. Simplemente, no lo sabes. Crees que vas a morir. No creo que hayas pensado en otra cosa más que en eso. Hm, un curioso último pensamiento. "Una muerte rápida".
Algo te tomó de entre los dedos, y jaló con fuerza de tí. Das por sentado que es otra de esas cosas, pero cuando te atreves a abrir lo ojos, te llevas una sorpresa muy gratificante. Kath, muy posiblemente, te salvó la vida.

Salidos ya de la escuela, escuchan gemidos al unisono, en dirección al oeste. Peculiares gemidos. No son de un inentendible idioma, sino de gente horrorizada. O bien, de gente adolorida. Hacia allí, es adonde deben ir Kath y el joven a buscar suministros. La situación no les da muchas esperanzas, pero saben lo que tienen que hacer, y lo harán siempre que sea necesario. Acuerdan entre todos que una vez que recolecten todo lo que necesiten, que vuelvan al portón de la escuela a las doce del mediodía y que, como mucho, los estén esperando ahí hasta las doce y cuarto. En caso de no poder estar allí, se reencontrarían en tu casa a la una de la tarde. Kath y el muchacho, se adentran en su camino hacia la masacre, con el objetivo de saquear pequeños almacenes y asaltar algunas farmacias. Tú y Leon van en otra dirección, que no está invadida de gemidos, sean de dolor o de miedo. Un camino, invadido del horrible olor a muerte, acompañado del distintivo silencio de una tumba. Algo sobrevolaba en el cielo, chillando horriblemente. Un pequeño pájaro negro, sobrevolando los segundos o terceros pisos de los edificios. ¿Un cuervo en la ciudad?.

Spoiler:

Avanzaron unos dos kilómetros antes de llegar al distrito del mercado. Es curioso ver que el lugar que ayer era tan transitado, ahora yacía muerto de silencio, apestado en esencia de cadáver. Incluso ustedes dos mantienen un silencio sepulcral, tapando sus narices con las manos. El olor es inaguantable. Sientes unas nauseas horribles. Es la peor peste que jamás has olido, y es tan intensa, que estás a punto de vomitar. Te consuela el hecho de que aún llevas esa botella de agua. Le das un par de tragos, y te calmas un poco. Leon también te pide unas gotas, haciendo gestos. Accedes, asintiendo con la cabeza. Ambos continúan en silencio, manteniendo el suspenso de la espantosa escena. Leon se atrvió a romperlo:

Leon:- Lo que vinimos a buscar, encontrémoslo y vayámonos.
Tú:- Estoy contigo. Vamos.

La tienda de empeños estaba cerrada, como era de esperar. Era lógico pensar, que el dolor intenso de cabeza le gritara al dependiente que no fuera a su trabajo. Por fortuna, la tienda no contaba con rejillas, sólo con alrmas de ladrones. Así pues, Leon tomó un tacho de basura, y lo estrelló con fuerza contra la vidriera. La alarma se disparó inmediatamente, lanzando un eco resonante en todo el silencioso distrito. Se quedaron curioseando, intentando aprender a manejar los pesados rifles. Había un total de seis, pero decidieron llevarse sólo dos, ya que eran muy pesados. Tomaron también abundantes cajas de munición. La alarma seguía resonando en todo el distrito, pero tú y Leon le restaron importancia a tal suceso; tal silencio sólo indicaba que no había nadie en la cercanía, pero prefirieron apurarse en caso de que algún policía, además de tu padre, estuviera en cumplimiento del deber. Salieron de la tienda, y se dirigieron hasta la manzana adyacente, en la cual está ubicada la tienda de utencilios. Curiosamente, la puerta tiene colgado un cartel que reza "ABIERTO". Entran los dos sin ninguna dificultad. La puerta es ligera. Resuenan las campanadas distintivas de cualquier tienda, pero hay algo de ésta que te llama la atención. Hay un dependiente, con la misma apariencia demencial que los alumnos tenían en tu escuela. Tú y Leon se pusieron a discutir a murmullos.

Leon:- No podemos perder tiempo, juntemos lo que podamos y volvamos a la escuela.
Tú:- Leon, no podemos dejarlo así.
Leon:- ¿Qué podemos hacer por él?
Tú:- Aún tengo cuatro pastillas.
Leon:- ¿Te diste un golpe en la cabeza cuando no veía? Ni siquiera lo conoces.
Tú:- Lo sé, pero... me da pena.
Leon:- Es extraño, a mí lo que me da es mucho asco...
Tú:- ¡Leon!
Leon:- Está bien, está bien... (suspiro) haz lo que quieras, sólo ten cuidado.

Te acercaste lentamente hasta el señor que, como los alumnos, te seguía con unos globos oculares vacíos.

Tú:- Ehh, disculpe... ¿se encuentra bien?
Señor:-... (el hombre sólo te mira)
Tú:- Tome esto -le ordenaste dejando una píldora en el mostrador, junto con la medio-vacía botella de agua-, se sentirá mejor. Ahora, debo decirle que luego de que se la tome sentirá un dolor descomunal de...
Señor:-Ifrit na serinas ru sayeï karak-iuk (el hombre te interrumpe en ese lenguaje incomprensible)
Tú:- Disculpe, ¿Qué?
Señor:- Ifrit na serinas ka manuret se karak-matók(el hombre dice algo parecido, pero en un tono más fuerte, con una voz más ronca)
Leon:- Apártate de él, ¡ahora!
Señor:- ¡Makaru je rutik na sier mataluk na makara!(continúa gritando en el idioma extraño, con una voz cada más extraña)
Leon:- ¡Toma todo lo que puedas, y vámonos!
Señor:- ¡SERIK LU SE VERINECK NA IFRIT NOKALI SAVARAS NA SATEI! (El hombre sigue gritando, mientras tiembla y da pequeños brincos, como si tuviera una convulsión)
Tú:- ¡Leon!
Señor:- ¡¡SAIK NOJU NE RATUI LA JARAT YRESKAI LA TURE!!(su galimatías se tornó muy rápida y fuerte, y sus temblores rayaban la epilepsia)
Tú:- ¡¡Leon!!
Leon:- ¡Ya casi acabo!
Señor:- ¡GRAAAAAAAAARGH! (se detuvo. De sus ojos, así como de su nariz y sus orejas, brota sangre. Aparenta haber muerto)

Un silencio invade la habitación. Lo que parece ser un cadáver, está de pie, sangrando por sus ojos, nariz y orejas. La escena es en serio muy fuerte, pero hayas el valor para observarla, y no volverte loco.

Tú:- Leon -lo llamas tomando la píldora y la botella-, vámonos ya.
Leon:- Sí, tienes razón. Hay que irnos.

Ambos le dieron la espalda al dependiente, cuyo cuerpo inmóvil yacía de pie, desangrándose detrás del mostrador. ¿He dicho inmóvil? Perdón. Mi error.
Tú y Leon escuchan un zapato arrastrándose, a sus espaldas. Leon se petrificó antes de agarrar el cerrojo de la puerta mientras tú dabas pequeños tics con el cuello, en busca de darte la vuelta. Es como si tus ojos quisieran ver detrás tuyo, pero tu cuerpo no lo permitiera. Volteas, muy lentamente. Demasiado lentamente. Crees distinguir el mostrador ensangrentado con el borde del ojo. Claro. Está el mostrador de caoba, que apoya las hipotecas y las garantías, empapadas en la sangre del dependiente. Parece que allí está todo. Menos el dependiente. Titubeas. Tu cuello sigue volteando lentamente, mientras el sonido de los zapatos arrastrándose se acerca más. Y más. Y más. Leon sigue de pie, petrificado frente a la puerta, susurrando para sí "No es posible. No está pasando". Tu sigues volteando. ¡Algo te tomó del hombro! ¡Algo te lanza su aliento contra tu nuca! ¡ALGO ESTÁ A PUNTO DE MATARTE! ¡¡REACCIONA!!

¡Empuñas el cuchillo con fuerza, y lo empalas con gran furia en lo que sea que te haya tocado! Sin siquiera saber a quien acabas de asesinar, o dónde insertaste el enorme cuchillo, abres uno de tus cerrados ojos. Distingues una camisa blanca, empapada en torrentes de sangre. Abres el otro ojo y distingues una figura adulta... ¡Es el señor! Yace en el suelo, con un cuchillo atravesándole la cabeza, recostado sobre un creciente charco de su propia sangre.

Tú:- No puede ser... ¡No puede ser!
Leon:- ¡No es posible! ¡No está pasando!

En un estallido de locura, en el que tú y él no pueden articular palabras que no signifiquen "imposible", ambos salen de la tienda rápidos como el viento. Para su gran sorpresa, no están sólos ni de lejos, y el silencio sepulcral, que hace quince minutos predominaba el distrito, fue reemplazado por gemidos inarticulados, de gentes con piel pálida y globos oculares vacíos. ¡TIENES QUE CORRER! ¡CORRER, como si tu vida de ello dependiese! Pero elije rápido hacia dónde.

* Hacia tu casa
* Hacia la escuela

"¿Sabías que...?"

Spoiler:

A la escuela, no puedo abandonar a los demás, aparte, en mi casa podría encontrar algo aun peor...

Que interesante esta siendo esta historia, el idioma usado es un idioma real, ficticio o silabas sin sentido? xD

Por lo que tengo entendido la escuela está más cerca qué la casa, pero en la escuela ya había algunos de ''ellos'' en ese estadío, pero tampoco es seguro diambular por las calles mucho tiempo aunque tengan con qué defenerse, igualmente estarán más seguros con el padre si llegan, hacia la casa.

O_o (Holy shit...)

Lamentablemente, quedó claro que en la escuela hay más de estas cosas (sean lo que sean). Yo hubiera optado por ir directo a casa... pero al tratarse de 4, y 2 de ellos se separaron del protagonista, sería mejor ir a la escuela. Vaya a ver usted si Kath y el otro volvieron allá. En cuyo caso, lo más prudente sería: ir y comprobar si están, esperarlos por unos minutos, quizá unas horas,y sino irse a la casa... a ver si papá llegó y le podes quitar la pistola.

No, german. El idioma no existe, y estoy casi seguro que no tiene sentido =)

Aunque a lo mejor, comienza a adquirirlo conforme avanza la historia.

Preguntaba porque sonaba demasiado satánico xD
Y aparte para un libro que escribí una vez invente un idioma antiguo del que supuestamente nacio el español, cambiando el orden de las letras, y las palabras que usaba eran siempre las mismas, de modo que funcionaba como idioma. Por otra parte, analizando la historia puedo observar que según los hechos esto no es artificial, sino que proviene de fuentes mas obscuras.

Me inspiro en creepypastas y novelas de terror ^^ pero también lo asocio un poquito con cosas que me han pasado en mi vida (o por lo menos, con cosas que han pasado dentro de mi cabeza).

Mucha de mi inspiración sale de un creepypasta de 540 páginas (O_o) que se llama "The Holders". La recomiendo mucho.

En cuanto al idioma... pues, no creo que tenga sentido. "PARECE" que lo tiene, pero no creo que lo tenga.
Y sí, parece satánico xD

Da igual si al crearlo le buscaste un significado o no, que la verdad estaría genial conocerlo, pero a lo que iba, con eso ya se revelo que el problema es de origen mágico/demoníaco. Porque si fuera un virus artificial, entonces simplemente gritarían agonizando de dolor, no hablando cosas extrañas. Omitiendo que si fuera un arma bacteriológica entonces ya estaría en las noticias o algo, sin embargo, acá nunca se mencionan, nunca se hablo de una guerra ni nada, y sin olvidarnos que la forma de moverse que tienen no es posible ni siquiera en un humano, ningún virus que no otorgue poder es capas de hacer eso, gracias a todos estos factores puedo deducir que están en un lugar a la onda Silent Hill.

Es muy posible, pero sólo hay una forma de saberlo. Esperando a que se desarrolle la historia.

Sólo restan 2 votos más, y prosigo.

Respecto a eso:

Me parece q deberías fijar una fecha límite, y mantener el límite de votos, así no se pierde mucho tiempo (sobre todo en la elección de ahora q es mucho más jodida -_-')

Yo tomo en cuenta los primeros 5 votos. Así acabo rápido con el cuento.

¿Y por qué querría acabar rápido?

Porque no voy a tener internet cuando vuelva a buenos aires -.-

PD: NO voy a terminar el cuento a las apuradas. Cualquier cosa cambio las reglas una vez de vuelta en casa.

A ver si entendí...

Hasta acá, ¿solo Ro votó por ir a casa?

PD: me mata como una genial historia donde los de afuera solo votamos se vuelve un debate de un dioma ficticio... .__.

Aprovechemos, Aye!!!

En algún momento, todos los topics tienen un fin. Así q hablar todo lo q se pueda, o no? =)

Kiri escribió:

A ver si entendí...

Hasta acá, ¿solo Ro votó por ir a casa?

Sip

Ibiku escribió:

uhh no se, pero yo voto x la escuela!!
en teoría los demas tienen q ir allá asi q...

PD: me mata como una genial historia donde los de afuera solo votamos se vuelve un debate de un dioma ficticio... .__.

Es que, gracias a eso puedo suponer un detalle importante de la historia, yo al menos, en esa situación estaría tratando de recolectar, aparte de lo esencial, información.

Sientes que tu corazón está a punto de salir catapultado de tu pecho. Sabes que tienes que correr, y mientras buscas huecos en los grandes grupos de estas cosas, te preguntas hacia dónde. No ves forma de correr a través de ellos. Tal vez, lo mejor que puedas hacer es rodearlos. Así pues, regresas a la tienda de utensilios, y un par de estantes detrás del mostrador, hay una puerta. No estás seguro si dirije a un almacén, o si se trata de la salida trasera. Sin embargo, volteas hacia atrás, y con una enorme cantidad de decenas de esos infrahumanos a tus espaldas, te das cuenta de que no tienes otra opción. Tomas una silla, y fugaz como el viento, atrancas la puerta. No estás seguro de cuanto aguantará, pero crees que será lo suficiente como para permitirte huir. El cuerpo del hombre sigue en el piso, aún con el cuchillo insertado en su cabeza, atravesándola de oreja a oreja. No te agrada, pero sabes que es un desperdicio dejarlo ahí. Vas a arrancarlo.

Spoiler:

Luego de hacer un gran esfuerzo, el cuchillo termina cediendo, y sale de la cabeza del hombre en medio de un rápido desliz. Te sorprendes de que lo hayas clavado con tanta fuerza, que fuere más fácil insertarlo que extraerlo. No sabes si sentir orgullo, o desprecio. Después de todo, mataste a un hombre.
Te asustas muy de repente, y volteas de inmediato. Esas cosas están ahí afuera, golpeando la puerta y las ventanas. ¡Perdiste demasiado tiempo! Sólo te queda una esperanza, y es que haya otra salida. Revisas la puerta que tienes al frente, la que se encuetra a dos estanterías del cadáver. Tienes la esperanza de que sea una salida trasera, y ruega porque así sea, porque de lo contrario, morirás. Te levantas, aún empuñando el ensangrentado utensilio. Te acercas a la puerta que yace enfrente tuyo, sosteniendo fuertemente el rifle, y usando tu cinturón como empuñadura improvisada para el enorme cuchillo. Los fuertes golpeteos no te apuran, sólo volteas. Leon está alerta, apuntando a las ventanas con el rifle. Si no lo conocieras, dirías que lo hace de manera profesional. Su mano derecha sostiene el gatillo delicadamente para evitar apretarlo; las manos no le tiemblan; la culata del rifle está a la altura de su hombro; su mano izquierda está ubicada a la altura de la mitad del cañón. Parece decidido a disparar. Mantienes tu mirada fija en él por unos quince segundos. No escuchas ningún disparo, así que te inclinas hacia la puerta. Está... ¡CERRADA!.

Tú:- Leon, esto no abre. Necesitamos la llave.
Leon:- Búscala, yo hago vigilancia.
Tú:- Bien.

Lo primero que se te ocurre revisar es el mostrador. Mueves de lado a lado las hojas de papel, enjuagando la sangre que las mancha. Esta sangre... es extraña. La frotaste varias veces, entre las hojas y el escritorio, y se hizo como una espuma rojiza. Te llamó la atención, pero no por mucho. Abriste todos los cajones, también repletos de hojas. Facturas médicas, garantías vencidas, ¿Eso es una multa? ¡Apresúrate! Las ventanas comienzan a agrietarse.

Leon:- ¿Aún no?
Tú:- Aún no, ya casi.
Leon:- Dios...

Le das una mirada rápida a todos los estantes. Todos están casi vacíos, por lo cual, no te debería resultar difícil encontrar un llavero entre los pocos tenedores y cuchillos que aún quedan en la banca rota. Sin embargo, no hay llaves. No hay llaveros. El único metal que hay visible es el de los utensilios.

Leon:- ¿¡Ya!?
Tú:- ¡No! ¡Aún nada!
Leon:- Deprisa, ¡vienen más!

Sólo hay una cosa que te faltó revisar de arriba a abajo: el cuerpo. No tienes tiempo, así que no vacilas. Te vuelves a agachar frente al cuerpo, y acabas por hacer lo que tu padre suele hacer siempre que vuelves a casa a las cuatro de la mañana: darte pequeñas palmadas en todo tu cuerpo. Sientes algo duro en uno de sus bolsillos. ¡Son llaves!

Leon:- ¿Las encontraste?
Tú:- ...
Leon:- ¡¿Las encontraste?!
Tú:- ¡Son... las de su auto!
Leon:- ¡¿Qué?! ¡Sigue buscando!

Por supuesto, repetiste la estrategia una y otra vez, dando golpes suaves y volteando el cadáver tantas veces como te fuera posible. Necesitas pensar, si buscas a lo tonto sólo pierdes tiempo. Piensa. ¿Dónde podrían estar las llaves? Piensa. ¡Piensa!. ¡PIENSA! No puedes oírte pensar. Tus oídos sólo se entorpecen con el ruido de la puerta siendo rota, pedacito por pedacito. Con el ruido del vidrio agrietándose peligrosamente. Con el ruido de gemidos sin articular. No puedes soportarlo más. Sientes que estás a punto de explotar de locura. Ni siquiera tu hermano es tan insufrible como la conjugación de ruidos que te llegaban hasta tus oídos. Vas a explotar. Te detienes para taparte los oídos. Sientes una pequeña lágrima resbalándose por tu rostro. ¿Oíste a Leon? Yo no oí nada. No puedo oir nada con todos estos ruidos. ¡EXPLOTA DE UNA VEZ! Frunces fuertemente el ceño mientras levantas la cabeza. Tomas el rifle. Te levantas. Le disparas al cerrojo. La puerta se abre con brusquedad.

Tú:- ¡Vamos!
Leon:- ¡...! ¡Si!

Llamarlo suerte sería extraño, pero para tu fortuna, en efecto se trataba de otra salida. Una que te hubicaba en un callejón que sólo se abría en una dirección. Corrieron rápidamente hacia la luz del sol, que sólo se dejaba ver al final, alumbrando la niebla. Leon, quien corría enfrente tuyo, se detuvo de repente. Al rebasarlo, volteaste a verlo. Tú también te detienes, para gritarle que se apure. Su mirada estaba fija. Sus pupilas eran perfectamente pequeñas, y su mirada no dennotaba ningún sentiemiento. Una lágrima le corroe el rostro, brotando rápidamente de sus hermosos ojos.

Tú:- Leon, ¿estás bien?
Leon:- ...

Tú sabes que es lo que le pasa. Está teniendo ese ataque de migraña masiva que tú tuviste una hora después de tomar la medicina. Te llama la atención que él no esté temblando en el suelo. ¡Maldición! Está de pie, sufriendo, llorando con cara de nada.

Tú:- Leon, ¡no te vayas! ya llegamos muy lejos. ¡No te rindas! ¡Vamos, amigo! ¡Tu puedes!
Leon:- (gime)
Tú:- Leon...
Leon:- (gime)
Tú:- ¡LEON!
Leon:- (De repente, se tiró con fuerza al suelo, y se puso a gritar en llanto desahogado).

Tú lo tomas de los brazos mientras sigue gritando. Lo arrastras hasta una pared. Tú te sientas y te apoyas contra ella, y abrazas a Leon, apolládolo contra tu pecho. Sus gritos se hacen más fuertes, y las lágrimas brotan en un torrente aún mayor. Tú no puedes hacer nada, mas que abrazarlo fuerte y decirle "lo sé, lo sé. Aguanta". Te comportaste patéticamente, ¿lo sabes?. Debiste dejar que muriera.
En su lugar, te quedaste ahí, con él, hasta que dejó de llorar y patalear como un bebé. ¡Idiota de ti! Ahora no sólo tienes a tu izquierda a aquellos que golpeteaban las ventanas, sino que a tu derecha viene otra gran cantidad de "ellos". ¿Estas feliz? Te quedaste para proteger a tu amigo, y ahora morirás con él. ¿No es irónico? Pero digas lo que digas, la fortuna está de tu lado. Miras encima tuyo. ¡Hay una escalera corrediza! Si consigues llegar hasta ella, podrás escalar hasta las azoteas y ponerte a salvo, por poco tiempo que sea.

Tú:- Leon, sé cuanto duele, pero necesito que seas fuerte y que me ayudes a llegar hasta esa escalera. ¿Podrás hacerlo?
Leon:- (asiente, temblando)
Tú:- ¿Seguro?
Leon:- S-si.

Ayudaste a Leon a ponerse de pie. Esperaste un poco a que recobrara la compostura, y te ayudó haciéndote escalón. Ayudándote con el rifle, pudiste golpear el seguro de la escalera, la cual se calló inmediatamente después. Leon fue el primero en subir. Tú se lo pediste. luego, lo seguiste. Y una vez arriba, miras hacia abajo. A esos "sea-lo-que-sea". Alzan sus manos hacia tí, mientras la gran horda toma forma bajo tus pies. Sin embargo, no escalan. No suben esa escalera, a pesar de tenerla en frente suyo. Si quisieran, podrían hacerlo. Pero no lo hacen. O quizás, realmente no pueden escalar... Parece que has descubierto uno de sus puntos débiles. ¿Sabrás aprovecharlo cuando llegue el momento?

Pasaron unos minutos, y Leon se sentía mejor. Las jaquecas habían cedido por completo. Así pues, sintieron que era hora de pensar cual era el siguiente paso.

Leon:- Bueno, ¿que hacemos ahora?
Tú:- Lo que ya estaba dicho. Iremos a la escuela, a reunirnos con Kath y ese chico. ¿Cómo, cambiaste de parecer?
Leon:- Teniendo en cuenta las circunstancias, lo mejor es que vayamos a tu casa. Es un lugar muy tranquilo, seguramente no habrá nada por ahí. Además, la escuela está llena de esas cosas, y lo más probable es que Kath se halla dado cuenta de que ir allí sería una mala idea.
Tú:- Tal vez, pero hay algo en Kath que supera con creces su inteligencia, y es su lealtad. Permanecerá fiel al plan, más allá de lo tonto que sea.
Leon:- ¿El plan indica que debemos ser tontos?
Tú:- Si le llamas tontería a permanecer unidos, pues sí. El plan, efectivamente, nos pide que no seamos tontos, sino unos completísimos idiotas.
Leon:- (suspiro)
Tú:- ¿Estás conmigo, Leon?
Leon:- ... Siempre.
Tú:- Así me gusta.

Avanzaron un poco a través de las azoteas, y les fue posible bajar en una zona de la manzana mucho más alejada de esas cosas, que de vuelta volvían a estar dispersas por todo el distrito del mercado. El trayecto hasta la escuela fue demasiado fácil. No sufrieron ningún encuentro inesperado, y el camino seguía muerto de silencio. La escuela se dibujaba un poco más allá, cerca del horizonte de la vista (el cual, por cierto, no era muy vasto). Se hacían distinguir dos siluetas en los escalones del colegio. Sentadas. En un absoluto silencio.

Spoiler:

Tú:- ¿Les fue bien, más allá de eso?
Adam:- Había como cien personas como las de la escuela. Pero éstas estaban llorando sangre, gimiendo de dolor. Aquellas que no presentaban síntomas tan raros, simplemente, se quedaban al lado de los que sí, lamentándose de su "muerte", desperdiciando lágrimas. Pero los gritos de tristeza, se convirtieron en gritos de terror, cuando aquellas personas que habían muerto, regresaban a la vida con un aspecto infernal. Era una escena apocalíptica. Los muertos, mordían a los vivos hasta matarlos. Kath y yo nos atrincheramos en una farmacia con otras personas. Colocamos las estanterías frente a las puertas para que no pudieran pasar. No funcionó por demasiado. Esa gente derribó la puerta, y le siguió nuestra barricada. Estaban entrando de a montones, y tomaron a todas las personas que pudieron. Los que estaban atrás, sobrevivieron lo suficiente para ver cómo se comían a los que estaban adelante. Kath les lanzó una pequeña bomba casera, fabricada con alchohol y un fósforo. Muchas de esas cosas se quemaron, desprendiendo un espantoso hedor, pero muriendo gradualmente. Utilizamos los extintores para impedir que el fuego se propagase y tragara toda la farmacia, pero había aún más entrando no sólo por la puerta, sino por las ventanas. El lugar se había convertido en un concurso de gritos de auxilio. Muchos de ellos murieron. Otros pocos, como Kath y yo, conservamos nuestros corazones en el pecho para presenciar un hecho de lo más extraño. En el silencio, se escuchó un eco. El eco de lo que parecía ser una patrulla de policía, o una alarma. No sé por qué, pero esas cosas, abandonaron su festín y se dirigieron hacia el origen. Rebuscamos en las tiendas siguientes luego de saquear la farmacia, evitando tropezarnos con la gigantezca cantidad de cadáveres que yacían desmembrados en las calles. La imagen... es inolvidable.
Kath:- Al menos cumplimos con nuestro objetivo: juntar provisiones, y tenemos de sobra.
Leon:- Nunca nada sobra. Mejor las guardamos, por ahora.
Tú:- La alarma que atrajo a esas cosas fue obra nuestra. Estrellamos un tacho de basura contra la vidriera de una tienda que tenía alarmas antirrobos. Eso debió ser lo que los atrajo.
Kath:- Así que, ¿responden a ruidos potentes?
Tú:- Por lo visto, sí.
Leon:- Eso es una gran ventaja.
Adam:- Siento interrumpir pero, ya tenemos armas y recursos. Ahora, ¿qué sigue?
Leon:- Lo que es evidente es que no podemos mantenernos andando si rumbo con mochilas llenas. Lo que debemos hacer es buscar un lugar donde abastecernos.
Tú:- Mi casa es un buen lugar. El barrio es tranquilo, así que no debería haber nada.
Leon:- Será un buen lugar, por el momento.
Kath:- Hay otra opción: podríamos ir a la comisaría y pedir ayuda, como la gente común.
Leon:- ¿Y de qué nos habría servido juntar todo esto, si lo tiramos a la basura pidiendo ayuda?
Adam:- Creo que es más que obvio que no seremos los primeros en ir a una comisaría buscando refugio. Ya deben estar hasta el tope. Tendremos suerte si nos dejan pasar. Incluso así, podríamos no estar a salvo.
Kath:- Más a salvo que por nuestras cuentas al menos...
Leon:- No es así. Estamos mejor nosotros solos, si nos cuidamos bien. O sea, la contraria a lo que acabamos de hacer.
Kath:- Claro, defendiéndonos con cuchillos y armas de fuego que no sabemos usar, estaremos bien.
Adam:- Yo opto porque tú decidas.
Kath:- Es verdad.
Tú:- ¿Yo? ¿Por qué yo?
Adam:- Porque la última vez que tomaste el mando, las cosas salieron de maravilla. Míranos, aquí estamos todos.
Leon:- Es verdad.
Kath:- Los apoyo, tú decides.

* Ir a casa. EVALÚA: ¿Será buena idea? ¿Sólos, ustedes cuatro, con tu hermano y tu madre? Al menos estarán tranquilos, lejos de hostilidades, y bien abastecidos.
* Ir a la comisaría. EVALÚA: Debe estar hasta el tope de refugiados. Tendrías mucha suerte si te dejan entrar. Aún así, has demostrado caerle muy bien a la suerte.

"¿Sabías que...?"

Spoiler:

PD: Lo prometido es deuda German ^^
Muy feliz cumpleaños!

Gracias! Bueno, yo optaría por ir a casa, seguro que los policías tienen la típica no disparar a los civiles y eso es un problema. Porque imagínate a los policías usando escudos anti disturbios contra estas cosas, y la gente infectada, o incluso los policías se transformen ahí, seria una masacre. En mi casa puedo encontrar algo peor emocionalmente, sin embargo, es mas seguro.

Incluso si los policías están obligados a no disparar a los "civiles", pueden formar barricadas con muebles y vehículos a los lados de las calles (típico caso del resident evil 2) para evitar el paso de estas cosas. Por si esto no fuera suficiente, cuentan con un espacio muy vasto y lo suficientemente resistente para evitar que entren estos zombis.
Sin embargo, es bien sabido que nunca falta el típico fanático religioso, loco revolucionario, o algún afán idealista que busque el liderazgo del grupo.
La gente, bajo estas circunstancias, demuestra que es ESTUPIDA. Van a seguir a estos lunáticos si creen que les van a ofrecer una solución al problema. Viniendo al caso: visto y considerando que hay MILES de hordas por ciudad de estas cosas, que de esas miles hay un mínimo de 10 que tratarán de ingresar al edificio, que por la cantidad de ruido que debe haber dentro llegarán más y más, y que por ende las barricadas no van a resistir, es difícil mantener tranquilo a un grupo, y éste se revelará contra los que estén a cargo del mismo, o sea, la policía.
Ir a la estación de policía: MALA IDEA. Sobretodo porque confiscarán tus armas y provisiones a costa de un "beneficio" mayor.

Me inclino mucho más a ir a la casa. Que aunque no sea más seguro (y que probablemente no sea buen augurio que esté silencioso), es mucho más recomendable. Ya que se pueden atrincherar mucho más rápida y fácilmente, cuentan con buena cantidad de armas por si llegan a colarse, si llegan uno o dos se los puede asesinar sin conmoción (con algún cuchillo), y un grupo pequeño puede organizarse para crear silencio absoluto.
Casa: BUENA IDEA =D

Si aye Me fascina Stephen King.

Que libro leíste? Yo sólo leí "El Resplandor", hasta ahora.

OnTopic: Que cada quien evalúe qué es una buena (o mala) idea. El prota tiene éxito si se toman las desiciones correctas. Pero puede fracasar en muchas cosas (no solamente perdiendo su vida) si toma una desición errada.

Spoiler: